Si algo se ha repetido este verano en la parroquia perica es que la permanencia sigue siendo el objetivo. La diferencia con el año pasado -y vaya diferencia- es que ahora se sueña con vivirlo todo con algo más de aire. Porque no hay que olvidar que en la 24-25 el Espanyol estaba en Segunda… a falta de 45 minutos para el final de la Liga. Salvación in extremis, con Javi Puado tirando del carro, y corazón en la garganta hasta el pitido final.
La idea para este curso es sencilla: evitar esos sustos. Manolo González tendrá que apañárselas sin Joan García, que puso rumbo al Barça, pero con la tranquilidad de tener a Marko Dmitrovic bajo palos. Arriba, se ha asegurado la continuidad de Roberto Fernández, que fue clave en la segunda vuelta, y se ha fichado a un seguro de vida como Kike García. También han llegado piezas con pinta de ser importantes, como Tyrhys Dolan o Ramón Terrats.
¿Meta? Pues la que dicta la lógica: consolidarse pronto, como Getafe o Alavés, rivales que también quieren huir del barro, y a partir de ahí, si los fichajes que faltan por llegar funcionan, mirar un poco más arriba. No hablamos de Europa, pero sí de una zona media que permita respirar sin calculadora.
Los recién ascendidos, con la permanencia como único plan
Levante, Elche y Oviedo aterrizan en LaLiga EA Sports con una misión clarísima: quedarse. El Levante de Julián Calero llega como campeón de Segunda, con un estilo muy definido de equipo rocoso, sin florituras pero difícil de tumbar. Han reforzado bien el bloque, con nombres como Alan Matturro, Jon Ander Olasagasti, Matías Moreno, Kervin Arriaga o Jeremy Toljan, pero la historia reciente les recuerda que, en su último paso por Primera, se despidieron muchas jornadas antes de tiempo. La lección está aprendida.
El Elche de Éder Sarabia vuelve a la élite tras dos temporadas fuera, con la defensa menos goleada del curso pasado en Segunda. Su delantero más efectivo, Mourad, solo marcó nueve goles, lo que ya da pistas: aquí todos corren y todos defienden. Se han movido bien en el mercado con fichajes como Germán Valera, Alejandro Iturbe o Álvaro Rodríguez, pero han perdido piezas importantes como Nico Fernández.
Y el caso más emotivo es el del Real Oviedo. Vuelven a Primera 24 años después, con Santi Cazorla alargando su carrera para disfrutar de este último baile en casa. El tramo final con Veljko Paunovic fue brillante, remontando en playoff al Mirandés y superando a la UD Almería. Se han reforzado con Salomón Rondón, Ilyas Chaira y un buen grupo de jugadores que conocen el oficio. El Tartiere va a ser un fortín… o al menos, esa es la idea.
Getafe y Alavés, veteranos en la lucha
El Getafe de Bordalás es sinónimo de competitividad hasta el último minuto. El año pasado amagaron con pelear por Europa pero acabaron sudando para salvarse. Este verano han fichado rápido, algo que no hicieron en el pasado, y han incorporado a jugadores de perfil trabajador como Davinchi, Yvan Neyou o Kiko Femenía. El objetivo es claro: no pasar apuros y amarrar la permanencia antes de mayo.
El Alavés, por su parte, salvó el cuello en la jornada 37 gracias al “Chacho” Coudet. El argentino pierde a Kike García (que se ha venido al Espanyol) y a Abdel Abqar, pero gana a Mariano Díaz como gran apuesta goleadora y a Carles Aleñá para dar más fútbol en la medular. El reto es el de siempre: sumar en casa y robar algún punto a los grandes para no vivir con el agua al cuello.
Rayo, Girona, Osasuna y Mallorca: siempre mirando arriba… pero con cuidado
En otro escalón aparecen equipos que empiezan la temporada con ambición, pero que no pueden despistarse porque cualquier mala racha les puede meter en problemas. El Girona de Míchel sigue siendo un proyecto consolidado tras su histórico tercer puesto en 2024. Mantienen a figuras como Miguel Gutiérrez, Bryan Gil o Stuani, aunque saben que la temporada europea les pasó factura el curso pasado.
El Rayo Vallecano afronta una campaña ilusionante con la previa de Conference League. Íñigo Pérez sigue al mando y el bloque de Isi Palazón, Álvaro García y Lejeune sigue ahí. Han fichado a Luiz Felipe para reforzar la defensa y se han asegurado la continuidad de Augusto Batalla en portería. El objetivo es doble: disfrutar en Europa y no sufrir en Liga.
En Mallorca, Jagoba Arrasate repite al frente tras un año cómodo que acabó con el equipo en mitad de tabla. Mantienen a Raíllo, Darder, Muriqi y compañía, y han incorporado jóvenes como Pablo Torre o Matteo Joseph. Con ese bloque, apuntan a repetir un año tranquilo.
Osasuna, en cambio, arranca ciclo con Alessio Lisci en el banquillo. Pierden a jugadores clave como Bryan Zaragoza o Areso, pero siguen contando con Budimir, autor de 21 goles, y con Aimar Oroz. Si Lisci logra darle continuidad al carácter que el equipo tuvo en sus mejores momentos del curso pasado, podrán soñar con algo más que salvarse.
Un descenso muy abierto
Con tanto equipo llamado a pelear por no caer, la zona baja se presenta como un embudo. Espanyol, Getafe, Alavés y los recién ascendidos parten a priori con el mismo objetivo: dejar tres equipos por debajo. La clave estará en arrancar bien y no dejar que el miedo se instale.
En el caso del Espanyol, la receta está clara: asegurar la permanencia con margen y, si se puede, poner la vista en la zona media-alta. Porque, después de lo del año pasado, nadie quiere vivir otra final en la jornada 38. Y si los fichajes que quedan por llegar dan el salto de calidad que se espera… igual la temporada acaba siendo mucho más divertida de lo que parece en agosto.