Esta semana se dieron a conocer las cifras correspondientes a los límites salariales de los clubes profesionales de fútbol, técnicamente conocidos como el Límite de Coste de Plantilla Inscribible, dando lugar a sorpresas mayúsculas, como el estratosférico primer puesto del Real Madrid, con 739 millones, la reducción drástica del Barcelona, con solo 97, o el desplome de la economía del Valencia, que cierra la Primera división con solo 30. Los mismos 30 con los que cuenta el Eibar, que encabeza el límite de gasto en plantilla en la Segunda división.
Hay que subrayar que estos importes no significan el gasto real de los clubs, que en muchos casos exceden en decenas, incluso en cientos de millones, la cifra que LaLiga les marca como límite. Este hecho provoca que muchos aficionados no entiendan cómo se deja competir a clubs que tienen el límite superado, considerando en buena lógica que se trata de una adulteración de la competición. La razón es simple: LaLiga permite que los clubs hagan frente a los contratos ya firmados aunque estos signifiquen que se supera el límite, pero no permite hacer frente a nuevas contrataciones salvo en ocasiones especiales. Como la utilización del famoso artículo 100 del reglamento, conocido popularmente como regla del uno por cuatro, según la cual por cada 100 euros de ahorro se pueden gastar 25.
Así es como presuntamente el Barça pudo inscribir a Memphis Depay, aunque la explicación de esta operación sigue sin darse en público. A todo esto hay que añadir que LaLiga permite a un club que equilibre sus gastos durante el ejercicio de la temporada en curso, es decir, antes del 30 de junio. Si esto no sucede –como pasó con el Barça el año anterior– el importe excedido se resta al límite de la temporada siguiente. Es por ello que muchos clubs como Valencia o Betis han visto como sus límites han bajado esta temporada, y eso que el impacto del crédito CVC ha maquillado estas cuentas. Pero veamos con detalle el caso del Espanyol, que se ha situado finalmente en 77 millones, el más alto en la historia del club.
Una subida de 34 millones de euros
El Espanyol partía de la base del límite del año anterior en Segunda, que ascendía a 43 millones de euros. Era elevado, pese a la pérdida de categoría, gracias a haber recibido una generosa cuantía en concepto de ayuda al descenso. A esta cantidad se sumaron inicialmente 3,85 millones en concepto de ingresos comerciales. Se trata de los patrocinios asociados a Digi y Reale, los dos nuevos sponsors de la entidad. Ambos, combinados con 3,08 millones que procedieron de la campaña de abonados, permitieron abordar las primeras contrataciones, como la de Sergi Gómez y la cesión de Morlanes.
Por otra parte cabe añadir que los 38 millones aportados en la ampliación de capital llevada a cabo por Chen Yansheng para convertir deuda en acciones supusieron un impacto de 15,2 millones en el límite salarial. Un asunto importante, ya que si no se hubiese realizado dicha ampliación –que todavía no ha terminado– el límite salarial no habría permitido asumir todo el gasto de plantilla; es decir, el Espanyol hubiese tenido que empezar LaLiga excedido, como han hecho otros clubs anteriormente citados. Por último, el Espanyol incrementó su límite en 12,6 millones de euros en virtud del acuerdo con CVC.
Todas esas cantidades redondearon la cifra a 77.873.000 euros, la cifra que LaLiga considera como límite de plantilla inscribible y que sitúa al Espanyol en la octava posición del fútbol español. De estos 77, el club ha utilizado únicamente 71 y se reserva el resto para eventualidades de la temporada.
Octavo puesto de Primera
Ahora bien, ¿significa este octavo puesto en el límite que el Espanyol sea el octavo club que tiene mayor presupuesto? En realidad, no. El Espanyol tiene por delante a otros clubs con mayor nivel de gasto como el propio Valencia o el Betis, que compiten claramente excedidos. Eso ya le situaría en la undécima posición, pero desde el club, tras conocer estas informaciones, situaron la posición real del club en este ranking de la duodécima a la decimocuarta.
Lo cierto es que estos cálculos son tan orientativos que es imposible discutirlos. No existen fuentes acreditadas sobre los mismos más que las que dan a conocer los propios clubs. Por lo tanto, habrá que creer lo que el club nos cuenta, aunque no sabemos si se refiere a los límites totales, al gasto real de los clubs o estrictamente a los salarios de la plantilla, ya que como Joan Fitó, director financiero del club explicó a ‘La Grada Ràdio’, estos se sitúan en 46 millones de los 71 empleados finalmente por el club. El resto suponen 19 millones en amortizaciones de fichajes –la partida más cuantiosa la suponen los fichajes que se hicieron para tratar de evitar el descenso en invierno de 2020– y otras partidas como fútbol base, que supone cuatro millones de euros, o fútbol femenino e incluso comisiones de agentes, puesto que el Espanyol también sitúa aquí esta partida, como confirmó Fitó.
El coste salarial de la plantilla
La consecuencia del conocimiento público de estos datos significó que se abriera el debate sobre si los salarios de la plantilla están sobredimensionados. Esta cantidad, que asciende como hemos dicho antes a 46 millones de euros dentro del gasto global de 71, significaría un gasto medio por jugador de 1,8 millones de euros brutos, lo que situaría al Espanyol, según fuentes consultadas, en una franja media-alta de LaLiga, y desde luego en la más alta de aquellos cuyo objetivo es simplemente consolidar la permanencia.
Hay que reseñar que parte del salario también se ha incrementado por el hecho de que este año hay que pagar a algunos jugadores parte del salario que estos difirieron la temporada del descenso. Por otra parte, el próximo año acaban contrato algunos jugadores con fichas elevadas y también algunos cedidos incorporados este año. Esta es la razón por la cual desde el club se insiste en el hecho de que si se consigue la permanencia este año, el siguiente se podrá plantear dar un salto cualitativo en la plantilla, puesto que podrían liberarse bastantes millones de los empleados en esta temporada.
Existe la voluntad desde el club de ir reduciendo en lo posible el límite salarial para adecuarlo a la competitividad de la plantilla y que un posible aumento vaya relacionado a una mayor altura de los objetivos.