Heriberto Herrera fue el primero que se fijó en el enorme talento de un joven de pelo rizado rubio de 17 años, que despuntaba en las categorías inferiores ilicitanas. Marcial Pina nació en el pueblo asturiano de Bárzana de Quirós, pero todos sus recuerdos son de Elche, localidad a la cual destinaron a su padre, guardia civil.
Infancia de estudios y balón o mejor dicho de balón y estudios en el orden de preferencias de un Marcial, al cual enseguida el técnico paraguayo puso a entrenar con el primer equipo. “Tenía 17 años y Heriberto Herrera en una comida pagada con las multas a los jugadores me dijo: ‘Chaval, cabrón, qué haces tomando un refresco. Tú tienes que tomar un whisky’. Y me trajo uno, vamos que me quería ya meter en el ambiente de la plantilla”, recordaba Marcial en ‘Café con…’, programa de entrevistas del fallecido periodista Teddy García, conocido como la voz del fútbol en Alicante.
Dos temporadas en la máxima categoría del primer equipo del Elche bastaron para que Madrid, Barcelona e Inter Milán se interesasen por sus servicios, aunque, al final, quien se llevó el joven crack resultó un tapado Espanyol, que puso sobre la mesa diez millones de pesetas (unos 60.000 euros), cifra que en 1965 fue récord en materia de fichajes.
Magnífico desplazamiento de balón en largo, buen regate, concepto perfecto del fútbol y una planta bárbara, además, de dominar perfectamente el balón con ambas piernas aparecían como los rasgos de un futbolista que haría historia. El Espanyol impuso la ‘Ley Marcial’ y el equipo con sus ‘Cinco Delfines’, Amas, Rodilla, Re, Marcial y José María, acabó tercero en la liga 1966-67 con once goles de Marcial y la llamada de la selección para el jugador.
La guinda estuvo en el trofeo Costa del Sol de agosto de 1967 en el que Espanyol se enfrentó al Santos de ‘O Rei’ Pelé. Los pericos ganaron 4-1 y los titulares de la época fueron contundentes: “Fuimos a ver al rey negro y terminamos viendo al rey rubio”. Del partido, Marcial rememoraba una anécdota, digamos poco correcta políticamente. “Riera, defensa nuestro, entró duramente a Pelé. El brasileño se enfadó y le amenazó con pegarle. Y Juan Manuel, también zaguero perico, que pasaba por ahí, le dijo a Pelé: ‘tú calla que no tienes ni puta idea de fútbol´”.
Las siguientes dos temporadas no fueron tan brillantes. Las lesiones le lastraron y en una campaña aciaga, el equipo bajó en su último año. Con todo, Marcial reconocía que “me quisieron mucho en el Espanyol. Fui de ‘Los Cinco Delfines’ y un ídolo”. Por ese motivo dolió mucho el traspaso al eterno rival, tanto que cuando se enteró la afición, la reacción no tuvo precio -nunca mejor dicho-. Los seguidores acudieron en masa a sus bancos para sacar dinero y evitar con sus ahorros que Marcial se fuese al Barcelona, que acabó pagando una barbaridad, 17 millones de pesetas (100.000 euros).
El Espanyol fichó esa temporada, 1968-69, a otro de los jugadores del Elche destacado: Lico, apodado ‘El Beatle del fútbol hispano’ por su cabellera cortada al estilo de la banda de Liverpool. De aspecto desgarbado y con la medias caídas, ofreció un buen rendimiento como futbolista incansable para dar profundidad y ritmo al juego. Con Marcial coincidió un curso y posteriormente en Elche ya retirados han seguido manteniendo una estrecha relación.