El Espanyol vio cortada la racha de cuatro partidos sin perder que llevaba desde principio de año en el Reale Arena, donde cayó ante una Real Sociedad que por el cansancio acumulado tras el reciente partido de Copa ante Osasuna y la inminencia de su compromiso europeo salió de partida con muchas rotaciones. A pesar de que hay voces dentro del vestuario que sostienen que el equipo están mostrando una mejora lejos del RCDE Stadium y que el triunfo a domicilio está más cerca, la realidad es que los pericos siguen sin mostrar una imagen sólida fuera de casa. El equipo de Manolo González se mantiene fuera del descenso, lo que tiene valor, pero desperdició la ocasión de aumentar a dos puntos la ventaja respecto a la zona roja. Además, la intensidad y el esfuerzo que se vieron frente al Real Madrid no se dieron en San Sebastián, dejando dudas sobre la evolución del equipo, aunque los contratiempos que les sucedieron a los de Manolo González ayudan a explicar este hecho.
Un inicio que marcó el partido
El duelo empezó de la peor manera posible para el Espanyol. Antes de que se cumpliera el primer minuto de juego, la Real Sociedad ya se había adelantado en el marcador, rompiendo cualquier plan de los blanquiazules para hacer un partido largo. Las dificultades se multiplicaron con la baja de última hora de Pol Lozano, que se sumó a las tres ausencias iniciales, obligando a un reajuste en el once.
La primera parte fue un caos para los de Manolo González. Con el balón, el equipo no encontraba soluciones y, sin él, sufría demasiado. El dato de los expected goals (xG) fue demoledor: 0,01 al descanso, una cifra ridícula que reflejaba la inoperancia ofensiva del Espanyol en los primeros 45 minutos. La estadística de disparos a puerta en los últimos 5 encuentros a domicilio es también significativa: únicamente seis.
La reacción tras el descanso… y el golpe final
Consciente de la falta de presencia en ataque, el técnico movió ficha y dio entrada a Veliz, apostando por una doble punta que mejoró el rendimiento del equipo. El Espanyol dio un paso adelante y, con ello, llegó el empate de Puado, que devolvía la esperanza de sumar al menos un punto.
Sin embargo, cuando el partido parecía bajo control y el Espanyol tenía el empate en el bolsillo, Imanol Alguacil introdujo a algunos de sus jugadores clave y la historia cambió. Un nuevo error defensivo condenó a los pericos en los minutos finales y dejó al equipo sin premio. El gol de la Real Sociedad no solo liquidó las opciones de sumar, sino que afectó mentalmente a los blanquiazules, que desaparecieron en el tramo final.
Sigue la asignatura pendiente fuera de casa
El caso es que el Espanyol sigue sin ganar como visitante en toda la temporada, habiendo sumado como todo premio dos puntos fruto de sendos empates en el Metropolitano y el Pizjuán, un lastre que complica su lucha por la permanencia. Aunque algunos insisten en ver señales positivas, lo cierto es que el equipo sigue dejando dudas, sobre todo en cuanto a solidez y regularidad. La imagen ofrecida en Anoeta distó mucho de la mostrada ante el Real Madrid, y la falta de contundencia sigue siendo una losa demasiado pesada. A pesar de que el equipo no está siendo arrollado como en la primera parte del curso cuando sale de su feudo el tiempo corre, y el Espanyol necesita que sus buenas intenciones se transformen en puntos a domicilio antes de que sea demasiado tarde.
