El sello de calidad que certifica una denominación de origen, conlleva una serie de características y ante todo, la calidad del producto. Pacheta, un futbolista que fue un Gran Reserva, macera buen fútbol en barrica de ‘Roque Mesa’ y nos menea en visita guiada a las bodegas del Pucela.
Pacheco, que fue ‘Rioja alavesa’, dejó un poso ya conocido en el primer tanto.
Si te autolimitas con una tarjeta, Óscar Gil tiene que descartarse como la uva en mal estado.
Las escasas notas de roble en defensa se las repartieron Montes y Sergi, que vieron como les descorchaban por las bandas.
Sin Brian, el barril que guarda asistencias y defensa, encontró el Valladolid el hueco que necesitaba.
Vini fue perdiendo cuerpo y por ahí, se nos iba la fuerza.
Como el efecto de un espumoso, Denis empezó a dejarse ir demasiado pronto en un duelo que pedía largo plazo.
Nadie entendía las recomendaciones del sumiller Darder y el maridaje del partido se le fue al garete.
Hay una ley física no escrita que dice que un chut de Puado irá al poste.
El gol de Braithwaite no es que fuese un crianza, pero salva el goal average.
El retorno de Joselu nos daba el aroma del peligro, pero se nos perdió entre los viñedos.
No estábamos a gusto en la cata propuesta por los blanquivioletas y el primero, Pierre-Gabriel ya deja claro que no es un ‘borgoña’, Rubén, añada del 2001, cumplió en la sobremesa, Nico ‘D.O Sant Adrià’ se sirvió a temperatura que no correspondía y Expósito más Lazo aparecieron cuando dábamos por bueno un tetra-brik en forma de empate.
Las últimas victorias nos habían dejado un bouquet de cambio, de tiempos mejores, de paso adelante. Sin embargo, se repitieron errores y la salvación definitiva, parece ahora que queda un poco más lejos. Ya saben lo que viene y algunos intuimos el resultado. Volvemos a estar en problemas. Aunque ahora que lo pienso, nunca habíamos dejado de tenerlos.
