Hay noches que lo cambian todo. Para el delantero del Espanyol Roberto Fernández, la del lunes ante el Sevilla fue una de esas. Porque después de tantos partidos de entrega, de fajarse con los centrales, de correr como un loco y de no dejar de creer, por fin le tocaba disfrutar. Le tocaba marcar. Y no un gol cualquiera: un golazo que vale tres puntos y que mantiene al Espanyol soñando despierto en los puestos nobles de la tabla.
Este Roberto que vuelve a sonreír con el gol lo hace justo antes de regresar a un escenario que le trae grandes recuerdos: Balaídos. Allí, el pasado curso, firmó su único doblete de la temporada para tumbar al Celta y darle al Espanyol una victoria vital en plena lucha por la permanencia. Aquel 0-2 quedó grabado en la memoria perica, con el andaluz como gran protagonista de una noche para enmarcar.
Una recompensa merecida tras semanas de trabajo silencioso
El cordobés venía acumulando minutos sin encontrar puerta, pero no por falta de ganas o compromiso. El que haya visto los últimos partidos del Espanyol sabrá que Roberto lo deja todo en el campo, juegue de titular o salga desde el banquillo. Y ante el Sevilla, con solo 22 minutos en el verde, necesitó una para liarla. En el 84′, agarró un balón en la frontal, se giró, y soltó un latigazo imparable a la escuadra. Un golazo con todas las letras. Vlachodimos voló, pero ni por esas. Gol, estallido en Cornellà y celebración con todos los compañeros.
Tercer gol del curso para un delantero cada vez más fiable
Con este tanto, Roberto suma ya tres goles en esta 2024-25. El primero llegó en el 3-2 ante el Mallorca, el segundo en Mendizorroza ante el Alavés, y este tercero, quizá el más importante hasta la fecha, sirve para dejar al Espanyol sexto, empatado a puntos con el Betis.
En total, lleva nueve goles como perico en 2025, más cuatro asistencias -una el curso pasado ante el Rayo y tres en este, frente a Valencia, dos, y Villarreal-, demostrando que su juego va mucho más allá del gol. Porque también asiste, pelea y genera espacios.
Una apuesta fuerte que da sus frutos
El Espanyol pagó 6,2 millones al Braga por el 50% de sus derechos y le firmó hasta 2031. Una apuesta a largo plazo que, visto lo visto, empieza a tener sentido. En el Braga no tuvo suerte, pero en Cornellà-El Prat está encontrando su sitio. No es casualidad que el club apostara fuerte por él. El Málaga, su ex equipo, aún se frota las manos con la pedrea: 400.000 euros de beneficio por la venta gracias a un 10% pactado en su día, además de los 1,8 millones que supuso el traspaso inicial.
Confianza de Manolo y conexión con la afición
Manolo González siempre ha creído en él. Aunque a veces le haya dosificado, nunca ha dudado en darle galones en momentos clave. Y el delantero responde. La afición también lo está entendiendo: es un punta diferente, tal vez menos estético, más implicado en el juego. No solo está para empujarla, también para construir. Lo que está claro es que, con noches como la del Sevilla, va camino de consolidarse como uno de los nombres propios de esta ilusionante temporada.

