La Sala Beckett ha respondido al comunicado oficial del RCD Espanyol al entorno de la obra de teatro ‘Cacophony’, que levantaba ampolla entre la afición perica al incluir la figura de un ficticio jugador blanquiazul que comete una violación, y que fue definida lógicamente por el club como “una falta de respeto”. En su comunicado oficial, el Espanyol denunciaba que la obra, que en su versión original retrata al violador como un futbolista del Belfast, se adaptase con un jugador del club perico. “No podemos tolerar que se nos pueda relacionar con esta problemática. Y más todavía cuando nuestro Club no se ha visto relacionado nunca con este tipo de situación que se plantea. El RCD Espanyol de Barcelona SAD quiere expresar la preocupación que ha generado entre nuestra masa social lo que consideramos una falta de respeto a nuestro Club, en la obra ‘Cacophony’ de Molly Taylor, dirigida por Anna Serrano y que se está representando en la Sala Beckett de Barcelona”.
La Sala Becket respondía con un comunicado en el que lejos de pedir disculpas, denunciaba haber recibido amenazas culpando al Espanyol de “fomentar el fanatismo más bajo e irrazonable”; éste es el texto de los responsables de la sala:
“Desde la Sala Beckett queremos expresar nuestro más grande azoramiento e incredulidad ante un comunicado que hizo público ayer, sábado 17 de febrero, el RCD Espanyol, en relación a una obra de teatro que tenemos en cartel.
A la obra, una historia de ficción, en un momento dado, los personajes hacen referencia a un jugador “inventado” del Espanyol que “figura que” ha sido acusado y absuelto de violación. Esto sirve, básicamente, para que los personajes discutan, con dos o tres únicas réplicas, si el hecho de tratarse de un jugador de 2.ª división puede haber influido o no sobre la sentencia. El jugador en cuestión ni siquiera aparece en la obra y la trama continúa hacia otros asuntos que se derivan de este hecho.
Ayer, alguien que ni siquiera ha visto la obra, hizo un tuit indignado y desencadenó (como suele pasar en estos casos) toda una avalancha de comentarios y de insultos de otra gente, que mayoritariamente tampoco han visto la obra, pero cada vez más agresivos y amenazantes contra la Sala Beckett y contra artistas implicados en el espectáculo.
Justo es decir que algunos de estos tuits y comentarios fueron respetuosos y expresaban únicamente una opinión personal, cosa que agradecemos y animamos a continuar haciendo si se hace con conocimiento de causa.
Avanzada la tarde, el RCD Espanyol hizo público el comunicado en cuestión, en que expresa su preocupación por la imagen que del club mujer la obra (no por la imagen que del club dan la mayoría de estos tuits) y nos acusa de falta de respeto, citando nombres de personas concretas relacionadas con la obra.
La publicación de este comunicado por parte del RCD Espanyol, que demuestra un absoluto desconocimiento de los hechos y una ignorancia total del sentido de la cultura en democracia, supone un atentado directo, ya no únicamente contra la libertad de expresión, sino contra la dignidad misma del teatro y del arte en general, alimenta irresponsablemente una falsa polémica, y pose en peligro la integridad de personas concretas.
Atizar el fuego, dar credibilidad y dejarse llevar por los mensajes agresivos y las amenazas lanzadas a través de las redes sociales contra una obra de teatro, sin ni siquiera comprobar la veracidad de los hechos o el alcance de las consecuencias, es fomentar el fanatismo más bajo e irrazonable.
Insistir, ahora, en el carácter absolutamente anecdótico de la referencia que se hace del Espanyol en esta obra de teatro seria justificar de alguna manera la polémica. No queremos hacerlo porque, aunque tal referencia no fuera anecdótica, tampoco tendría ningún sentido que se nos acusara de faltar el respecto a nadie, si estamos hablando de una mera FICCIÓN. En cualquier caso, animamos quién quiera comprobarlo, a venir al teatro a ver la obra.
El espectáculo está gustando mucho a todo el mundo y habla de temas importantes que nos toquen de pleno, como por ejemplo la lucha feminista o el peligro de un uso abusivo y violento de las redes sociales en nuestra sociedad enferma de testosterona.
Al teatro, hay que saber diferenciar los actores de los personajes; hay que entender que el que pasa al escenario, —y el que se dice— NO ES NUNCA VERDAD. Esto requiere un pequeño esfuerzo intelectual, todo el mundo lo puede hacer, no es difícil, y es una manera de poder tomar distancia sobre la propia condición humana y evitar, así, posicionamientos fanáticos. Si tuviéramos que estar de acuerdo con todo el que dicen los personajes de ficción (Macbeth, por ejemplo, no os perdéis el que hacen en el Teatre Lliure!) habríamos estado vapuleándonos por las calles desde el tiempo de la Grecia clásica; no existiría el teatro, ni los cuentos, ni tampoco la cultura. Como espectáculo, quizás solo existiría el circo de los gladiadores, donde las fieras se comían DE VERDAD los esclavos. Pero esto hoy ya no pasa. Los espectáculos no hacen de las verdades mentira, sino de la mentira verdades.
Gracias para leer este comunicado tan largo.
¡Perdón, eh, pero es que no damos crédito!
Sala Beckett”.