Sergi Gómez ha puesto punto final a su etapa en el RCD Espanyol. En una entrevista concedida a Ràdio Arenys, el central ha repasado con serenidad su último año como jugador blanquiazul, marcado por las dificultades deportivas, el sufrimiento colectivo y una implicación personal que, aunque no se tradujo en minutos sobre el césped, fue clave en el día a día del equipo. El defensor, que finaliza contrato el próximo 30 de junio, ha confirmado que no continuará en el club y ha dejado entrever que su futuro inmediato pasa por una experiencia en el extranjero.
“Contento, satisfecho y orgulloso”, así resumió Sergi su sentir tras una temporada especialmente exigente. “Ha sido un año muy complicado y duro. El equipo perdió jugadores importantes y, por la situación del club, no se pudo reforzar como nos habría gustado. Sabíamos que tocaría sufrir. Pero estoy orgulloso porque hemos pasado por momentos muy difíciles en los que nadie daba nada por nosotros”, explicó, recordando que en diciembre el vestuario se conjuró para sacar adelante la situación. “La unión fue clave para lograr este objetivo tan importante para la historia del club”.
A nivel personal, Sergi Gómez reconoció que ha sido una campaña distinta. Disputó solo 14 partidos y perdió protagonismo en la segunda vuelta. Sin embargo, lejos de lamentarse, asumió su rol desde el liderazgo interno. “Todos queremos jugarlo todo, pero llevo años con problemas físicos que me han ido mermando. Desde el principio entendí que mi papel debía ser otro. Sabía que tenía que estar al lado de los más jóvenes, gestionar situaciones, y aportar desde dentro. Siempre he actuado así. A veces no se ve, pero también es parte del éxito de un equipo”.
Manolo González, técnico del Espanyol, lo definió como un ejemplo: “El que ha hecho este chico en el vestuario, en comportamiento e implicación, a mí me ha enseñado lo que es un profesional”. Sergi recogió con gratitud el reconocimiento: “La relación es excelente, le agradecí sus palabras, puedo decir lo mismo de él. Llegó en una situación que era muy difícil, asumió la responsabilidad de subir, que era muy difícil habiendo tenido tres entrenadores, e hicimos un pacto mutuo. Hemos ido de cara siempre, es un entrenador que ha vivido infinitos partidos en categorías inferiores y te curtes en muchas cosas aparte del futbol, la gestión emocional; su experiencia con sus conocimientos futbolísticas y haberle abierto las pruebas ha dado frutos. Se ha ganado que la gente le quiera, muy contento de que siga y que sea tan querido, la relación no acaba sino que comienza ahora por muchos años”
Estudiante de Psicología y apasionado del coaching deportivo, Sergi Gómez valoró también el componente mental que ha marcado la temporada: “Mucha gente decía que teníamos la permanencia asegurada, pero no teníamos nada. Y el hecho de pensar que podíamos perder algo que aún no habíamos logrado te afecta. Es una categoría muy igualada, en la que todo se decide en los detalles. Por eso la parte anímica ha sido tan importante”.
El central tuvo palabras muy elogiosas para Joan García, al que no dudó en señalar como portero de presente y futuro: “Desde el primer año que entré, hace cuatro temporadas, dije que el nivel de estos porteros no era normal. Estaban Diego López, Oier Olázabal y un joven que llevaba varios años siendo el tercer portero, pero unas capacidades, unos reflejos, un atrevimiento que no había visto nunca. Tanto él como Fortuño que creo que dará que hablar, son grandes porteros. Joan es portero de nivel mundial y será portero de la Selección por muchos años”.
Finalmente, Sergi habló abiertamente de su futuro: “Es mi última temporada en el Espanyol. Me gustaría buscar una aventura fuera de España, disfrutar del fútbol con mi familia en un nuevo entorno. Nunca he tenido esa experiencia y los tiros van por ahí”. Como explicábamos hoy, suena para Rayados de Monterrey.
Con su salida, el Espanyol pierde a uno de los capitanes del vestuario. Un jugador que, pese a no ser protagonista en el terreno de juego, ha representado con compromiso y profesionalidad los valores del club en uno de los momentos más delicados de los últimos años. Su aportación, discreta pero firme, quedará como ejemplo para quienes entienden el fútbol como algo más que una suma de minutos.
