Tanto Sevilla como Girona se metieron en graves problemas en la tarde del jueves. Ninguno de los dos conjuntos pudo sumar de tres en tres y a cinco jornadas para la conclusión de La Liga se encuentran metidos de lleno en la lucha por la permanencia. Una realidad muy alejada de los objetivos de andaluces y catalanes a principio de temporada. Dos equipos pensados para mirar hacia Europa en vez de para la zona baja de la tabla. Sea como fuera, los de Caparrós y los de Michel pasan por dinámicas muy negativas que, de no cortar a tiempo, pueden costarles muy caro. Con aún cierto margen con el descenso, Sevilla y Girona tienen cinco jornadas por delante para reaccionar y ahuyentar los fantasmas de un posible descenso a la Segunda División.
Impotencia en El Sadar
El Sevilla vivió en el feudo rojillo la definición de quiero y no puedo. Pese a una buena puesta en escena en El Sadar, con un primer tiempo bastante notable, el cuadro hispalense no fue capaz de dañar a Osasuna y el conjunto navarro sí que lo hizo gracias a una obra de arte de Rubén García en el minuto 25. El centrocampista valenciano se sacó de la manga un auténtico golazo de falta que cayó como un jarro de agua fría en los andaluces.
Eso, unido a la polémica expulsión de Lukebakio apenas 7 minutos después, terminó de hundir a los de Joaquín Caparrós. La fortuna no estuvo del lado del Sevilla que tuvo que jugar con un futbolista menos durante más de una hora. Y se notó. El Sevilla no bajó los brazos en ningún momento, pero no le dieron las fuerzas para lograr el empate y los tres puntos se quedaron en Pamplona. Sexto partido consecutivo sin ganar de los hispalenses y bronca en la afición.
Un grupo de aficionados increparon a entrenador, jugadores y presidente, Del Nido Carrasco, a la llegada del equipo al aeropuerto de la capital de Andalucía. La derrota no sentó bien en la parroquia sevillista.
‘Harakiri’ en Butarque
El Girona se hizo el ‘harakiri’ ante un Leganés con 10 jugadores. Cuando ya el partido languidecía y el cuadro catalán ganaba por 0-1, los de Michel decidieron ‘suicidarse’ y perder el valioso botín que habían conseguido recibiendo el gol del empate en el minuto 92.
Vamos por partes. Desde muy pronto se puso el encuentro de cara para los catalanes. Cissé, en una increíble imprudencia siendo último hombre, derribó por detrás a Portu cuando este ya enfilaba dirección a portería. El colegiado del choque, Munuera Montero, lo tuvo claro y expulsó al guineano con roja directa. El Leganés tendría que jugar desde el minuto 19 con un jugador menos.
A partir de ese instante, el Girona tomó el mando del partido gracias a su superioridad numérica. Tras una primera parte sin acierto, la insistencia de los de Michel tuvo premio en el 54′ cuando Stuani cabeceó a la red un envío desde la banda. Los visitantes se ponían por delante contra un Leganés desgastado con un jugador menos. La hoja de ruta era clara, dejar pasar los minutos, mover a los pepineros y controlar el ritmo del juego. Pero nada más lejos de lo que ocurrió, todo lo contrario. El Girona comenzó a entrar en pánico, se empezó a jugar a lo que quería el Leganés y los locales comenzaban a igualar a los gironís pese a la inferioridad.
Ese paso atrás y ese miedo le costó muy caro a los de Michel. Minuto 92, Danjuma intenta tirar un caño a Rosier, pierde el balón y el Leganés monta un ataque que terminaría con un fatal desenlace para el Girona. Duk mete un buen pase al área y ahí aparece Munir para rematar raso y colar el esférico en las mallas. Locura en Butarque ante el meritorio empate. El Lega, pese a la heróica, sigue en puestos de descenso a cuatro puntos de la salvación que la marca el Alavés, mientras que el Girona con el 1-1 del jueves, se ha metido en un jardín importante. 16º con 35 puntos. El descenso asoma.
