Un nuevo Villarreal – Espanyol, otra visita más a La Cerámica y, cómo no, vuelve a sonar esa pregunta que nos hacemos los pericos cada vez que toca enfrentarse al Villarreal en su casa: “¿Será esta la buena?”. Porque lo cierto es que el estadio del Submarino Amarillo nos tiene cogida la matrícula en los últimos años. Pero ojo, que hay motivos para no perder la fe (al menos, del todo). Vamos a echar un vistazo a los números, curiosidades y alguna que otra esperanza de cara al partidazo del domingo.
La Cerámica, tierra complicada para los pericos
No vamos a engañarnos, los últimos enfrentamientos contra el Villarreal no nos traen precisamente buenos recuerdos. Los amarillos nos han ganado las últimas cuatro veces en LaLiga, el doble de las que nos habían vencido en los diez partidos anteriores. Eso sí que es mejorar estadísticas a base de bien… De hecho, es su mejor racha histórica contra el Espanyol en Primera. Doloroso, pero cierto.
Y si hablamos solo de los duelos en su casa, la cosa no mejora mucho: el Villarreal ha sacado puntos en cuatro de los últimos cinco partidos jugados en La Cerámica (dos victorias, dos empates y una derrota). Lo peor es que han ganado los dos más recientes y, por si fuera poco, nos han metido cuatro goles en cada uno de ellos. Cuatro, ni uno más ni uno menos. Pero no todo está perdido: nunca han encadenado tres triunfos seguidos en casa contra nosotros en Primera. ¡Algo es algo!
Comunidad Valenciana, tierra amiga (menos Vila-real)
Aquí viene el dato que da un poquito de esperanza: el Espanyol suele rascar algo cuando juega en la Comunidad Valenciana. En 13 de las últimas 17 visitas a esta región en LaLiga hemos conseguido puntuar (4 victorias, 9 empates y solo 4 derrotas). Bastante mejor que la rachita anterior, donde apenas logramos una victoria y dos empates en 15 partidos. Así que, aunque La Cerámica se nos resista, la terreta no se nos da tan mal.
Un Villarreal que ya no asusta tanto (¿o sí?)
Cuando este partido debía jugarse allá por el 3 de marzo, el Villarreal llegaba embalado: seis partidos sin perder (4 victorias y 2 empates), su mejor racha en una misma temporada desde marzo de 2024, cuando encadenaron nueve. Pero desde entonces, la cosa se les ha torcido un poco.
Y aunque siguen siendo un equipo goleador (ojo al dato: más de dos goles de media por partido en casa, solo superados por Barça y Madrid), la realidad es que han dejado escapar 23 puntos en La Cerámica (3 derrotas y 7 empates). Es decir, solo han sumado 22 de los 45 puntos posibles en su estadio. Eso sí, son el tercer equipo que más goles marca como local. Nada mal para un equipo que lleva cuatro partidos seguidos sin ganar en casa (contra Valencia, Madrid, Athletic y Real Sociedad). Desde el 5-1 al Valladolid el 1 de febrero, no han vuelto a celebrar un triunfo ante su gente.
Si los de Marcelino solo ganan uno de los cuatro partidos que les quedan en casa, ya habrán superado su peor temporada como locales, que fue en 2018-2019, cuando solo sumaron cinco victorias en La Cerámica.
Los pericos, en modo Conference (¡soñar es gratis!)
Desde que se aplazó este partido, el Espanyol no ha estado nada mal: 12 puntos en los últimos siete encuentros. No es para tirar cohetes, pero viendo cómo estaba el panorama, nos da para soñar con la Conference League. Mientras tanto, el Villarreal ha sumado solo 8 puntos en ese mismo periodo. Así que, oye, no llegamos tan mal como otras veces.
Marcelino, el ogro de los pericos
Y aquí llega otro dato que asusta un poco: Marcelino García Toral, el míster del Villarreal, conoce muy bien al Espanyol y, lamentablemente, se le da bastante bien. En 19 partidos contra nosotros en LaLiga, ha ganado 10, ha empatado 6 y solo ha perdido 3. Vamos, que solo ha caído un 15,8% de las veces. Es ciertamente un entrenador que nos tiene tomada la medida.
