A escasas horas de un derbi cargado de tensión y significado, Toni Freixa ha vuelto a encender la mecha. El ex directivo del FC Barcelona y habitual tertuliano en espacios mediáticos no ha desaprovechado la ocasión para menospreciar, una vez más, al RCD Espanyol. Y esta vez lo ha hecho de forma directa, abierta y pública, a través de un mensaje en redes sociales que ha sido interpretado como una provocación premeditada a la afición blanquiazul.
“Ara sí! Immillorable oportunitat demà de jugar a futbol, guanyar i ballar una sardana”, escribió anoche en su cuenta de X (antes Twitter). Un comentario breve, pero con una carga simbólica evidente: alude directamente al episodio vivido hace dos temporadas, cuando el FC Barcelona celebró el título de Liga sobre el césped del RCDE Stadium ante una afición local indignada y tensa.
Ara sí! Immillorable oportunitat demà de jugar a futbol, guanyar i ballar una sardana
— Toni Freixa (@tonifreixa) May 14, 2025
Lejos de pedir disculpas o marcar distancias con aquel episodio que tanto daño hizo al sentimiento perico, Freixa parece animar a repetir la escena. Su mensaje, lejos de ser ingenuo, llega en un momento en que el Espanyol se juega la permanencia en Primera división, y en un contexto de máxima rivalidad en la ciudad.
Este nuevo gesto no es aislado. Hace apenas unos días, Freixa ya protagonizó un momento polémico cuando lanzó la siguiente reflexión: “¿Tenemos que tener sensibilidad con el Espanyol los del Barça? ¿Tú crees que eso es justo con la historia de fútbol que ha habido en la ciudad de Barcelona?”, cuestionando el respeto hacia el club blanquiazul. Y fue más allá: “Los peores insultos que han recibido los jugadores del Barcelona han sido en el campo del Espanyol… Los peores. Irreproducibles”.
Declaraciones que ya generaron malestar en el entorno perico, pero que anoche encontraron su continuación con un mensaje que no deja lugar a dudas: Freixa no solo no rectifica, sino que intensifica su desprecio al Espanyol justo en la víspera de uno de los partidos más sensibles del calendario.
En un contexto en el que desde instituciones y clubes se insiste constantemente en la necesidad de rebajar la tensión y fomentar el respeto entre aficiones, actitudes como la de Toni Freixa suponen un retroceso. No solo alimentan el clima de hostilidad previo al derbi, sino que hieren de forma innecesaria a una afición que, lejos de pedir favores o privilegios, reclama algo tan básico como dignidad y consideración. La provocación está servida. Y una vez más, llega de quien debería tener la responsabilidad —por pasado institucional y por influencia pública— de no pisar el acelerador del desprecio.
