No ha habido suerte. El Comité de Competición ha rechazado el recurso presentado por el Espanyol por la expulsión de Tyrhys Dolan, y el inglés no podrá estar este sábado en Getafe. El club había presentado imágenes y alegaciones para intentar tumbar la segunda amarilla, pero el organismo ha ratificado lo recogido por el árbitro Sánchez Martínez.
Se mantiene la versión del acta arbitral
Según el acta, Dolan fue expulsado tras ver dos tarjetas: una por “simular falta” en el área rival y otra, más polémica, por una “patada temeraria en la disputa del balón”. Esa segunda acción es la que el club trataba de dejar sin efecto. No ha colado, y el extremo tendrá que cumplir ciclo.
El club argumentó, con apoyo de una prueba videográfica, que el jugador no llegó a patear al rival y que solo hubo un contacto leve y fortuito entre las rodillas. Sin embargo, el Comité recuerda que para anular una amonestación es necesario acreditar un “error material manifiesto”, es decir, que las imágenes contradigan de forma clara y absoluta lo reflejado en el acta arbitral. Y en este caso, consideran que no se puede excluir por completo que existiera un contacto susceptible de ser interpretado por el árbitro como merecedor de tarjeta.
Tras revisar el vídeo aportado, el Comité concluye que sí hay una compatibilidad entre lo que muestra la grabación y lo que el árbitro reflejó en el acta: una patada temeraria en disputa del balón. Recalcan que la interpretación sobre la intensidad o temeridad de una acción corresponde exclusivamente al colegiado y que, al no quedar demostrada de forma inequívoca la inexistencia de la falta, la amonestación debe mantenerse. Por tanto, se confirma la tarjeta mostrada a Dolan, así como su consiguiente expulsión por doble amarilla y las sanciones disciplinarias correspondientes.
Habrá que ver si el club decide recurrir esta decisión, o tira la toalla.
Dolan, baja sensible para Manolo González
El inglés se ha convertido en un fijo para Manolo, y su baja trastoca los planes ofensivos del técnico perico, que deberá reinventar su banda derecha en un partido trampa. La decisión vuelve a encender la sensación en el entorno perico de que los recursos no siempre encuentran el eco que merecen. Una batalla institucional perdida que vuelve a doler más por el contexto que por el castigo.
