Los medios valencianistas han encontrado un argumento perfecto para defender lo que llevaban días reclamando, que la tarjeta amarilla que Pulido Santana mostró a André Almeida durante el partido frente al Espanyol no debió existir. Todo ello, a raiz que el Comité de Competición ha estimado las alegaciones del Valencia CF, considerando que se cometió un “error material manifiesto” en el acta arbitral, ya que, según las pruebas videográficas, fue el jugador perico Carlos Romero quien terminó pisando al centrocampista portugués, y no al revés.
Este fallo, que anula la cartulina, ha avivado aún más el malestar en Mestalla, donde consideran que este error fue determinante. La falta señalada en esa acción propició el gol del Espanyol, lo que acabó condicionando un partido que terminó en empate. Desde el entorno valencianista lo tienen claro: “Esto justifica el enfado del Valencia”. Y, en cierto modo, entienden que el punto que sumaron ante el conjunto blanquiazul sabe a poco.
La jugada, en el minuto 39, dejó ya en su momento gestos evidentes del enfado de Almeida, que cuestionó al árbitro con un gesto claro de incredulidad. Pulido Santana, sin embargo, mantuvo su decisión: pitó la falta, mostró la amarilla y el Espanyol aprovechó esa oportunidad para marcar.
Carlos Corberán, entrenador del Valencia, no escondió su malestar al finalizar el encuentro, llegando a calificar de “innecesario” que un árbitro canario dirigiera un partido entre dos equipos que se juegan la permanencia, con Las Palmas también implicado en la pelea. Pese a asegurar que no dudaban de la honestidad arbitral, desde el club decidieron recurrir la amonestación, amparándose en las imágenes de televisión.
El Comité, en su resolución, ha argumentado que las pruebas videográficas “permiten concluir que el jugador D. Domingo André Ribeiro Almeida no realiza una entrada a un jugador contrario”, señalando que fue el jugador del Espanyol quien acaba pisando al portugués. Así, consideran acreditado un “error material manifiesto”, lo que permite anular la amonestación.
Desde la perspectiva del Espanyol, sin embargo, queda la sensación de que esta decisión llega tarde. El gol subió al marcador, el punto ya está en el casillero, y, aunque el fallo del árbitro se haya reconocido parcialmente, nada cambia a nivel clasificatorio. En el fútbol, como tantas veces hemos visto, estas rectificaciones oficiales no afectan al resultado final. Y, si miramos atrás, ¿cuántas veces ha sufrido el Espanyol decisiones similares sin posibilidad de resarcirse?
En cualquier caso, el Comité ha hablado, el Valencia ha reforzado su discurso, pero el Espanyol sigue adelante en su lucha por la permanencia, sumando un punto valioso en Mestalla. Una polémica más en una temporada ciertamente para olvidar a nivel arbitral.
