Si algo tiene Marta Mendoza es esa capacidad de soltar las cosas tal cual las piensa, sin filtro pero con gracia. Hoy en La Opinión del Día de La Grada Ràdio, dejó claro que está en ese modo zen que muchos quisieran alcanzar, y no es para menos. El empate del Espanyol en Mestalla, con el punto bajo el brazo y la permanencia casi atada, le da para estar de buen humor, soltar alguna pullita a los de Valencia y, sobre todo, disfrutar del momento.
“Punto buenísimo, lo mires cómo lo mires”, arrancaba Marta, y es que, visto el partido, ¿quién le va a quitar la razón? “Una primera parte más clara para el Espanyol, la otra para el Valencia”, resumía sin complicarse mucho, aunque luego no pudo evitar mandar “un beso a todos los lloricas de Valencia”, que siguen dándole vueltas a esa falta que piden en el gol del Espanyol. Marta, sin anestesia: “Esforzaos más que al final nos habláis desde la capital del robo, por tanto, llorar por esa posible falta en el gol… en fin”.
Y mira que en otro momento quizá esto le habría alterado más, pero no. Hoy Marta estaba en modo peace & love. “Lo dejo estar, estoy en un modo zen que ni me pongo nerviosa por Pere Milla, que ya es decir”. Que Pere Milla levante pasiones (más bien lo contrario) entre la afición perica no es novedad, pero hoy, ni por esas. ¿La razón? Los puntos. Así, sin más. “La tranquilidad que dan los puntos que tiene el Espanyol”, decía con una sonrisa que casi se le oía a través de la radio.
¿Y cómo no estar tranquila? Si hace unos meses nos dicen que el Espanyol iba a estar así en abril, nos reímos. O lloramos, porque lo veíamos imposible. Pero ahí están los números, y Marta lo sabe: “El Espanyol está salvado contra todo pronóstico con antelación después de un mes de abril para enmarcar”. Lo dice ella y lo pensamos todos. Una segunda vuelta de las que se recuerdan, porque ni los más optimistas habrían apostado por esto en enero.
“Estamos salvados, me quedo con eso”, repetía Marta, casi como si necesitara creérselo del todo. Y es que a los pericos nos cuesta un mundo bajar la guardia, pero este tramo final pinta diferente. “En un partido que en la primera vuelta hubiésemos perdido sin ninguna duda, ayer sin tener una segunda parte brillante aguantas el tipo”. Y ahí Marta no se olvida de los que han puesto de su parte: shout-out para Edu Expósito (“nos da muchísimo”) y para Joan García, que está en modo seguro de vida: “Un día más en la oficina haciendo la parada de rigor en el momento oportuno para sostener al equipo”.
Claro, que la felicidad perica siempre es con matices. A Marta le preguntan por Pere Milla y, aunque mantiene la calma, no puede evitar esa mueca mental: “¿Qué vamos a hacerle?, pues que le dejen jugar”. Pero da igual, porque, como ella misma sentenció: “Estamos salvados y es de lo poco que me importa”. Carpe Diem, que la vida ya nos da suficientes disgustos.
Eso sí, que nadie se relaje del todo. Marta, como buena perica, no respira tranquila hasta ver los 40 puntos. “Supongo que es por ser del Espanyol”, confesaba. Esa mochila que llevamos de serie. Pero tiene claro el plan: “Solucionémoslo ya ese domingo, y ya está, y a disfrutarlo, porque me cuesta mucho recordar cuánto tiempo hace que no podemos respirar un poco tranquilos”.
Y ahí está la clave. Marta lo resumió perfecto: tranquilidad, disfrutar el momento y, sobre todo, agradecer que por fin, después de tantos años de sufrir, este Espanyol nos permite soñar, o al menos respirar. Que ya es mucho.