Pasado el terremoto emocional que ha supuesto la marcha de Joan García al Barça, hay un tema que empieza a tomar protagonismo en la conversación diaria del espanyolismo: la posible venta del club. Y no es para menos. Lo que está en juego no es un fichaje, ni una renovación. Es el futuro mismo del RCD Espanyol. Y el nombre que está en el centro de todo es el de Alan Pace, el propietario del Burnley, que, según varias informaciones, tiene muy avanzadas las negociaciones para hacerse con el control del club blanquiazul.

Aunque este lunes algunos medios, citando fuentes del propio Espanyol, han intentado rebajar las expectativas, lo cierto es que las sensaciones desde otras voces cercanas a la operación son bien distintas. Existe ya una oferta cerrada encima de la mesa a la espera de que se resuelva el asunto clave de la ampliación de capital que debe ejecutar Chen Yansheng. En La Grada, fuimos los primeros en avanzar este interés de Pace, y aunque por prudencia nuestra información fue más comedida, lo publicado posteriormente por SPORT estaría ahora mismo más cerca de la realidad.

La venta del Espanyol no es algo improvisado. El grupo de Pace, ALK Capital, lleva meses trabajando en esta operación. Desde principios de año han completado la llamada due diligence, es decir, una auditoría interna a fondo, y según explican fuentes implicadas en la negociación, su convencimiento respecto al potencial del Espanyol es total. Como revelaba el citado diario, en abril comenzaron las negociaciones finales y en mayo ya se lanzó la oferta formal. Según las cifras que se manejan, el montante total rondaría los 190 millones de euros, condicionado eso sí a que Chen complete la ampliación de capital prevista para este mes de junio.
Ese es el punto clave ahora mismo. El presidente y máximo accionista se ha comprometido a capitalizar deuda a través de acciones por un valor superior a los 38 millones de euros, un paso imprescindible para sanear la estructura financiera del club y permitir su venta sin trabas legales ni contables. Si esa operación se aprueba —algo que debe validarse en la Junta del próximo 27 de julio—, el Espanyol podría estar en disposición de cerrar el traspaso accionarial en cuestión de semanas.

¿Y por qué Pace quiere al Espanyol? Aquí hay varios elementos. Desde el inicio, la intención fue clara. Según parece, Alan Pace eligió al Espanyol por su historia, su masa social, su potencial de crecimiento y su ubicación estratégica en Barcelona. Pero también —y esto es importante— porque cree que el club puede convertirse en la pieza central de su modelo multiclub.
El temor del espanyolismo, razonable y compartido por muchos, es que el Espanyol quede relegado por detrás del Burnley en esa estructura. Pero, como ya explicamos ayer en La Grada Ràdio, su intención sería justamente la contraria: hacer del Espanyol el eje principal del proyecto. La apuesta sería fuerte. Muy fuerte. Tanto que, según se asegura, la idea es convertir al Espanyol en un equipo que pueda acudir de manera recurrente a competiciones europeas, capaz de codearse con los mejores a nivel nacional.
Además, el perfil de Pace no es el de un simple inversor financiero. Su grupo ha trabajado en innovación tecnológica aplicada al deporte, con plataformas avanzadas de análisis de datos y seguimiento de talento. Tienen una visión moderna, ambiciosa, que contrasta de forma drástica con la parálisis que ha vivido el Espanyol bajo el mando de Chen y Rastar Group en los últimos años, marcados por la falta de inversión, la pérdida de identidad y varios descensos.

A día de hoy, la operación no está cerrada. Pero sí va muy en serio. Y hay optimismo. La pelota, una vez más, está en el tejado de Chen Yansheng. Si cumple con la ampliación de capital y no hace como en otras operaciones también avanzadas en que se descolgó con peticiones inasumibles cuando el acuerdo parecía cercano, el cambio de propiedad podría ser cuestión de tiempo. Sería, sin duda, un giro histórico para un club que necesita más que nunca volver a ilusionarse. Esta vez, no con un fichaje. Con un nuevo proyecto de verdad.
