La imagen del FC Barcelona celebrando un título sobre el césped del RCDE Stadium ya es, por desgracia, una escena repetida. Pero esta vez, más allá de los gestos, los aspersores o los protocolos de seguridad, lo que realmente ha marcado la resaca del derbi ha sido la actitud de parte de la plantilla azulgrana, que, durante las posteriores celebraciones, no dudó en alentar a su afición a entonar uno de los cánticos más ofensivos y despectivos hacia el RCD Espanyol: “Perico, dime lo que se siente”.
El cántico, de sobra conocido por su contenido humillante, fue coreado en varias ocasiones por los seguidores barcelonistas. Pero lo grave no es solo que los entonaran los radicales. Lo verdaderamente preocupante es que algunos jugadores culés, lejos de desmarcarse o guardar la compostura, animaron abiertamente a seguir con la provocación formando parte activa de una escena que dista mucho de los valores que el Barça presume defender.
La letra del cántico no deja lugar a interpretaciones. Se burla del estadio del Espanyol, insulta directamente a su historia, hace mofa del cierre de Sarrià y lanza sin pudor un mensaje directo: “Rezaremos por tu desaparición”. ¿De verdad es esto compatible con el discurso institucional que tantas veces ha esgrimido el club azulgrana? ¿Cabe esto dentro del marco de respeto y deportividad que se exige al más alto nivel?
¡Imperdible!
Los jugadores alientan a los culés a cantar “perico decidme q se siente….” pic.twitter.com/XShOznurC0
— Diario SPORT (@sport) May 15, 2025
Durante los días previos al derbi, tanto desde el club como desde las instituciones se apeló a la responsabilidad y al respeto mutuo. Incluso el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, se esforzó en recordar la pluralidad del fútbol catalán y la necesidad de convivir desde la diferencia. Todo eso quedó en papel mojado cuando quienes debían dar ejemplo decidieron alimentar un cántico que incita al odio.
Es inevitable preguntarse qué habría ocurrido si esta situación se hubiera producido en sentido contrario. Qué reacciones habrían despertado unos cánticos similares contra el Barça. Qué titulares habrían ocupado las portadas. Pero cuando el ataque viene desde el club que acapara focos, cámaras y narrativas mediáticas, todo se relativiza.
El FC Barcelona es campeón de Liga. Nadie discute el mérito deportivo. Pero hay formas y formas de ganar, y sobre todo, de celebrar. Hechos como éste no engrandecen su victoria. Al contrario, dejan una mancha innecesaria en una noche que pudo ser una fiesta del fútbol, pero terminó mostrando el lado más mezquino de una rivalidad que, por momentos, parece ir más allá del límite de lo aceptable.
Recordemos la letra de este lamentable cántico: