La lesión del delantero del Villarreal Gerard Moreno privará al Espanyol de reencontrarse con uno de sus hijos pródigos, y a Manolo González, de verse las caras con un viejo conocido al que ayudó a pulir en sus primeros años de formación. Un duelo cargado de historia y emociones que quedará, al menos por ahora, en la lista de encuentros pendientes.
El delantero del Villarreal sigue fuera de combate tras la lesión sufrida ante el Valladolid a principios de febrero. El club castellonense ha optado por el hermetismo respecto a su estado físico, pero la información filtrada desde medios cercanos al Submarino Amarillo apunta a una rotura en el sóleo de carácter moderado, que lo mantendría apartado de los terrenos de juego entre cuatro y seis semanas. En definitiva, otra piedra en el camino para un futbolista al que las lesiones llevan años castigando sin piedad.
Con esta baja, el Espanyol se queda sin la oportunidad de medirse a un Gerard Moreno que fue, es y será un símbolo para la afición perica, que siempre ha soñado con volver a verlo algún día defendiendo la blanquiazul. Su historia con el club perico comenzó en los campos de formación, donde destacó por su instinto goleador y su humildad, hasta que el destino lo llevó a cruzarse con un hombre clave en su evolución: estamos hablando de Manolo González. En aquel entonces, el hoy técnico del primer conjunto blanquiazul dirigía el juvenil del Badalona, y bajo su mando, Gerard dio un salto cualitativo brutal, marcando 41 goles en su última temporada antes de fichar por el Villarreal. Allí, en su primera campaña en el cuadro amarillo, logró más de treinta tantos
Con el conjunto castellonense mantuvo su gran nivel y el Espanyol decidió que era el momento de recuperar al hijo pródigo, con el que firmó unos años espectaculares, antes de volver a hacer las maletas para marchar hasta La Plana. Hace unos años, Manolo hablaba de Gerard en los medios oficiales del Espanyol, rememorando aquellos días sin imaginar que algún día dirigiría al primer equipo blanquiazul.
Manolo destacaba hace unos años el nivel futbolístico y humano de Gerard: “Es un gran tipo, no va ni de crac ni se le ha subido nada, al contrario. Cuando lo veo siento un orgullo enorme, una alegría muy grande porque es un chaval enorme igual que su familia. Su padre y su madre son espectaculares y, al final, el chaval tiene que salir así por cojones. Se lo merece todo. Ya se veía cuando era juvenil, solo por la manera de entrenar, que era un crack. Después puede o no puede llegar, pero era titular siempre, iba sobrado, ni un mal gesto con nadie, un gran compañero. No está en un ‘grande’ porque estéticamente su manera de jugar o de correr no es llamativa. Incluso cuando lo fichó el Vila-real, después de meter aquí 41 goles, se lo podrían haber llevado otros equipos y no lo hicieron, creo, por esta razón”. Recordando su marcha del Badalona, reconocía el gallego, “fue curioso. El Real Madrid vino a buscarle durante la temporada, pero no acabaron de decidirse. El Villarreal también lo vio jugar y hablaron con la familia. Apalabraron su fichaje. Luego, a Gerard lo convoca la selección catalana Sub-18 y se sale en el Campeonato de España. Marca en la semifinal y en la final, y el Real Madrid vuelve a la carga, ahora con más dinero para el jugador y el Badalona. Pero Gerard ya había dado su palabra y se fue a Castellón”.
Entre sus recuerdos está “cuando conseguimos que se quedara ante su insistencia de irse a División de honor. Quedé una tarde de verano con su padre y con él y los convencí a los dos; los dije que se quedaran un año y que después se irían al equipo que quisieran. Es más, si no le salía, yo le daba la baja para que firmaran por quién quisieran. Me hicieron caso, finalmente marcó 41 goles e hizo lo que quiso. Cualquier otro ni me habría escuchado, pero tanto su padre como él lo hicieron e hizo un año de la hostia. Nunca olvidaré cuando jugó con fiebre a Reus; es un artista”.
Años después, cuando Manolo González luchaba por el ascenso con el Espanyol, Gerard Moreno le dedicó unas palabras de reconocimiento: “Sé que te lo vas a dejar todo para conseguir el objetivo. Aprendí mucho de ti y siempre te lo agradeceré”. Un vínculo fuerte que este lunes no podrá renovarse sobre el césped de La Cerámica.