Walid Cheddira, el día de su presentación con el Espanyol procedente del Nápoles, manifestó su deseo de poder anotar muchos goles como blanquiazul, unas buenas intenciones que no se han visto cumplidas. Ciertamente, es una más de las grandes decepciones del errático mercado de verano ejecutado por un Fran Garagarza que, con el hándicap de no tener dinero para invertir en refuerzos de calidad, se hubo de conformar con traer futbolistas cedidos que no están respondiendo ni aportando nada significativo, salvo contadas excepciones.
Uno de los argumentos con el que se defendió que Walid Cheddira era un fichaje contrastado era el precio que había pagado el Nápoles al Bari por él y por Elio Caprile, una operación conjunta que algunos elevaban hasta los 12 millones de euros. El problema es que eso no es cierto. Fue el presidente Luigi De Laurentiis, en diciembre de 2023, quien lo hizo saber a los periodistas durante la copa de Navidad con los medios al afirmar, “es una cifra mucho más baja”. El portal CalcioeFinanza.it lo aclaró todo en las últimas horas publicando la cifra real: el portero y el atacante fueron vendidos al Nápoles de Aurelio De Laurentiis, en una operación familiar, por 5,2 millones de euros, 3 por el delantero italiano-marroquí, y 2,2 por el portero. El 50% de la reventa de Cheddira, es decir 1,5 millones de euros, fue a parar a las arcas del Parma.
