El mercado veraniego empieza a coger ritmo en el Espanyol. Y aunque el foco se ha centrado hasta ahora en las salidas —con el caso Joan García acaparando todos los titulares—, la dirección deportiva ya ha empezado a moverse para reforzar la plantilla de cara a la próxima temporada. Los fichajes de Hugo Pérez y Marcos Fernández, ambos anunciados este martes, han abierto la veda. Pero lo que se viene ahora parece más ambicioso.
Según ha avanzado el periodista Javier de Haro, el Espanyol está interesado en la cesión de Karl Edouard Blaise Etta Eyong, delantero camerunés del Villarreal. El joven atacante, que viene de dejar muy buenas sensaciones tanto en el filial como en el primer equipo del Submarino Amarillo, podría ser uno de los tapados del verano para reforzar la delantera blanquiazul.

Eso sí, la operación no es sencilla. Etta Eyong hará la pretemporada con el primer equipo del Villarreal a las órdenes de Marcelino García Toral, y será el técnico asturiano quien tome la decisión final sobre su futuro. Solo si no entra de lleno en sus planes, el Villarreal valoraría una cesión. Y ahí es donde el Espanyol quiere estar bien posicionado.
Refuerzo con proyección… y competencia
Eyong (Douala, Camerún, 2003) ha sido una de las irrupciones más llamativas de este año. Marcó un gol decisivo en Montilivi contra el Girona, fue protagonista en el tramo final de liga y ya acumula pretendientes de entidad: Estrasburgo, Betis, Getafe, Alavés e incluso el Chelsea han preguntado por él. No es poca cosa.
En apenas unos meses ha pasado de despuntar en el filial del Cádiz a convertirse en una opción real para el primer equipo del Villarreal. El club castellonense pagó menos de un millón de euros por él y ahora su valor de mercado ronda los cinco millones, según Transfermarkt.

Pero más allá del precio, lo que Eyong aporta es verticalidad, gol y hambre. Y eso encaja con lo que el Espanyol necesita. Con las salidas ya consumadas de Alejo Veliz, Cheddira y la incógnita de si se podrá retener a Roberto Fernández, Manolo González necesita delanteros que marquen diferencias. La vuelta de Roberto sigue siendo una prioridad, pero el club sabe que necesita más pólvora arriba y busca varias vías para reforzarse sin comprometer la economía.
Misma receta, distinto mercado
Los fichajes de Hugo Pérez (ex Villarreal B) y Marcos Fernández (ex Betis Deportivo) responden a la misma fórmula: jugadores jóvenes, con proyección, y coste cero. Ambos firmaron por tres temporadas y estarán desde el primer día a las órdenes de Manolo González.
Pérez, central zurdo de 1,89 m, llega para competir en una defensa con muchos nombres pero también muchas incógnitas. Salieron Kumbulla y Sergi Gómez, Catalá aún se recupera de una lesión de larga duración, y el club espera cerrar a Miguel Rubio en breves. La llegada del barcelonés apunta a reforzar el fondo de armario, aunque no se descarta una cesión si hay exceso de efectivos en el eje.
En cuanto a Marcos Fernández, el de Cambrils viene de firmar 10 goles en Primera RFEF con el filial del Betis, y buscará aprovechar el hueco que dejan los delanteros salientes. Ya fue convocado por Pellegrini esta temporada y tiene buenas referencias en el entorno verdiblanco.
Un movimiento con sentido
Todo esto ocurre mientras el Espanyol espera ingresar los 25 millones más IPC por Joan García, una cifra que debería ayudar de gozar de cierta holgura en el mercado. Pero, de momento y antes de ir a por compras de nombres de mayor calado, el club sigue aplicando su tradicional austeridad: refuerzos libres, cesiones o jugadores con ficha asumible.

En este escenario, la opción de una cesión como la de Eyong tiene todo el sentido: talento emergente, motivación a raudales, y posibilidad de explotar en un entorno que le ofrezca minutos. Eso sí, habrá que estar atentos a lo que decida Marcelino en la pretemporada. Y a lo que hagan sus otros pretendientes.
Por ahora, el Espanyol ya se ha movido. Y según Javier de Haro, ya ha hecho saber al Villarreal su interés. Queda mucha tela por cortar este verano, pero el nombre de Etta Eyong ya estaría sobre la mesa en el despacho de Fran Garagarza.
