Gil Manzano y Del Cerro Grande protagonizaron uno de los mayores escándalos arbitrales que se recuerdan en el fútbol español el pasado domingo 28 de mayo, cuando el Espanyol se enfrentó al Valencia CF en Mestalla en un duelo que acabó en empate a dos. El primero de ellos, que ejerció como colegiado principal, anuló un gol de César Montes que suponía el 1-3 a favor de los pericos al interpretar que el mexicano había cometido falta sobre Giorgi Mamardashvili, portero del Valencia CF. Sin embargo, el defensa apenas había rozado al meta rival. Además, Gil Manzano también dio validez al 2-2 a favor de los chés, pese a que la diana de Samuel Lino venía precedida de una falta clamorosa sobre Martin Braithwaite, que había sido derribado en el centro del campo. El mismo delantero también fue víctima de un claro penalti en el tiempo de descuento, cuando sufrió una dura entrada en su intento de rematar dentro del área pequeña, pero el árbitro volvió a mirar hacia otro lado. Por su parte, Del Cerro Grande tampoco decidió intervenir desde el VAR para corregir los graves errores de su compañero y se convirtió en corresponsable de este bochorno.
Lejos de tener consecuencias por su nefasta actuación en el pasado fin de semana, ambos han sido designados para dirigir encuentros correspondientes a la última jornada de LaLiga Santander. Ninguno de los dos autores del esperpento de Mestalla, que propició la confirmación del descenso del Espanyol, será sancionado con una semana sin arbitrar, como ha sucedido con otros colegiados que han protagonizado errores manifiestos. Sin ir más lejos, González González, asistente de VAR del RCDE – Atlético de Madrid, fue enviado a la nevera durante una jornada por conceder un gol a los colchoneros en el mencionado duelo en una acción donde la pelota no había superado por completo la línea de gol. En cambio, Gil Manzano y Del Cerro Grande quedarán impunes.
