Llegamos al final de esta serie de episodios sobre el análisis de la cantera en los últimos años y el tratamiento que hace de ella el Espanyol de cara al primer equipo. Y, tras analizar las salidas mal gestionadas o los jugadores de la casa que se han dejado escapar y que se encuentran en la élite, tratamos en este episodio los canteranos que se han marchado cedidos y han regresado para formar parte del primer equipo en los últimos diez años.
No siempre los préstamos de canteranos que asoman la cabeza en el primer equipo. Es más, las cesiones que sirven como epílogo antes de que los jugadores que se marchan dejen de formar parte del Espanyol son mayoría. De las 24 realizadas en las últimas diez campañas, 25 si contamos la de Pol Lozano el pasado curso al Girona FC, solo tres jugadores han tenido continuidad en el primer equipo blanquiazul tras sus ‘Erasmus‘. Al mediocentro, pese a eso, no lo podemos considerar como ‘consolidado’: solo ha jugado 58 minutos este curso tras su experiencia en Montilivi.
El último caso, el de Javi Puado. Tras ascender al primer equipo en el curso 2018-19, la siguiente temporada se marchó a préstamo al Real Zaragoza, donde realizó una muy buena temporada que le valió para volver al equipo blanquiazul y ganarse un puesto. Una campaña más tarde fue el turno de Lluís López, que se fue cedido al CD Tenerife tras un curso en el primer equipo del Espanyol en el que apenas tuvo protagonismo; volvió de la isla mejor jugador, pero solo aguantó una temporada más en el primer equipo blanquiazul y sin demasiado protagonismo. Consolidado hasta cierto punto, el central.
Anteriormente encontramos los casos de Pau López, que en la 2016-17 se marchó cedido al Tottenham Hotspur y a su vuelta al Espanyol, pese a no jugar en el cuadro londinense, se hizo con la meta blanquiazul y, en menor media, el de Mamadou Sylla. El atacante senegalés se marchó a préstamo al Racing de Santander en la 2014-15 y la siguiente campaña formó parte de la primera plantilla perica. Eso sí, sin suerte ni protagonismo.
¿Y el resto? Quizás la de Pipa al Nàstic de Tarragona en la 2018-19 funcionó, aunque luego no se contó con él. Pero otras como las inumerables de Thievy Bifouma, la de Jordi Amat al Rayo Vallecano, las de Cristian Gómez y Christian Alfonso a Real Madrid Castilla y CD Alcorcón y posteriormente a Girona FC, las de Clerc y Germán Parreño, Tejera, Álvaro Vázquez tras su inexplicable regreso… Que Víctor Gómez, que acumula su tercer préstamo ahora en el Sporting Braga, y Jofre Carreras, que solo suma seis minutos en los últimos 11 encuentros del CD Mirandés, funcionen mejor… Aunque la del último no tiene pinta. Quizás, y solo quizás, habría que afinar más en los préstamos si el Espanyol realmente cuenta con el jugador al que manda cedido.
Cesiones en el filial
Aquí encontramos dos tipos: los que han acabado su etapa formativa y no tienen sitio en el primer equipo, y con los que no se cuenta y se les da salida de este tipo. Actualmente, Max Svensson y Álvaro García están cedidos en equipos de un nivel superior al Espanyol B, Deportivo de la Coruña (Primera RFEF) y CD Ibiza (LaLiga SmartBank), ganándose el delantero la titularidad en las últimas jornadas y apenas sin participación el central.
Pero en los últimos años, los del segundo tipo comentado abundan. Y es que en las últimas diez campañas, sin contar los de este curso, se han producido desde el filial espanyolista hasta 52 salidas a modo de cesión: ninguno de ellos ha probado posteriormente las mieles del primer equipo, ya que son pocos los que pueden decir que volvieran al Espanyol tras su préstamo más allá de Ferran Jutglà y Juan Camilo Becerra, actualmente en las filas de los de Luis Blanco. El último en hacerlo, Kiko Casilla en la campaña 2011-12: después de debutar con el primer equipo se marchó a préstamo hasta tres cursos seguidos, dos al Cádiz CF y otro al Cartagena., A su vuelta, Mauricio Pochettino alternó la portería con él y Cristian Álvarez.