La élite solo acepta a los mejores, a aquellos que están dotados de unas virtudes que solo unos pocos poseen y que son imprescindibles para poder estar dentro de esa minoría selecta que forman la excelencia de cualquier ámbito. Se trata de un colectivo clasista del que no todos pueden formar parte. El fútbol no es una excepción, son muy pocos los jugadores que llegan a la élite y no todos los que llegan consiguen mantenerse.
En la élite del fútbol, las áreas son determinantes a la hora de resolver muchos de los encuentros. En la competición del más alto nivel la diferencia está en las áreas y la agresividad, la determinación, el talento y la calidad en una y otra área es lo que casi siempre acaba decantando los partidos hacia un lado u otro. Por tanto, aunque el fútbol es un deporte colectivo, las figuras del delantero centro y del portero tienen un papel fundamental en esta zona del campo donde están en juego tantísimos puntos a lo largo de una temporada.
El Espanyol ha tenido siempre a lo largo de su historia grandes delanteros y grandes porteros, pero esta temporada el debate en la portería por el nivel mostrado por los porteros del equipo perico ha durado demasiado y se han vivido situaciones insólitas que han generado una avalancha de dudas y de críticas que en nada han beneficiado al equipo en el primer tramo del campeonato.
Álvaro Fernández llegó al final del mercado y fue titular nada más ser contratado. Este hecho, además de que Lecomte no se mostró seguro en las primeras jornadas y cometió algunos errores, parecía mostrar que Diego Martínez iba a apostar por el riojano el resto de temporada zanjando el debate y las dudas. El problema vino cuando Álvaro también cometió algunos errores graves sobre todo uno que costó dos puntos en el RCDE Stadium contra el Valencia CF en los últimos segundos del descuento y tras el que perdió la titularidad, una titularidad que Álvaro recuperó el pasado derbi superando la prueba con nota.
El portero perico se mostró seguro a lo largo de todo el partido y tuvo en los minutos finales dos intervenciones de mucho mérito, realizó dos paradas de esas que dan puntos, una mano baja a remate de cabeza de Christensen que bota poco antes de la línea de meta, lo cual dificulta la acción, y un tiro cruzado de Lewandowski que ataja por bajo poco después.
Álvaro se reivindicó en un gran escenario y demostró que puede ser el portero titular de un Espanyol que necesita de esa figura. En el partido único la Copa del Rey creo que, tras el atípico baile de sustituciones en la portería blanquiazul en lo que llevamos de temporada, Diego Martínez debería mantener a Álvaro y darle continuidad y confianza. Luego dependerá de él que se convierta en esa pieza clave que todo equipo necesita y que demuestre que no solo ha conseguido llegar a la élite sino que tiene nivel para quedarse y formar parte de esa selecta minoría defendiendo los colores del Espanyol.